La alimentación puede ser la mejor aliada de la salud bucodental

Por más que una sonrisa saludable dependa, también, del cepillo, el hilo dental y el enjuague bucal, los odontólogos advierten que lo que ponemos en nuestro plato a diario juega un papel mucho más crucial de lo que solemos imaginar. Una alimentación equilibrada, rica en determinados nutrientes, no sólo fortalece dientes y encías, sino que también puede ser clave para prevenir caries, enfermedades periodontales y hasta evitar costosos tratamientos de largo plazo.

Desde los consultorios, los dentistas comentan que no se trata simplemente de evitar el exceso de azúcar -ese enemigo declarado de la salud dental-, sino de comprender que algunos alimentos actúan como verdaderos escudos naturales. Los productos lácteos como la leche, el queso y el yogur, por ejemplo, están en la primera línea de defensa: su alto contenido de calcio y fósforo, sumado a la presencia de caseína, ayuda a fortalecer el esmalte dental y a reparar microfracturas antes de que evolucionen en problemas mayores. “El queso en particular estimula la producción de saliva, que es nuestra defensa natural contra las bacterias”, explican los especialistas.

Las frutas y verduras crujientes, como la manzana, la zanahoria o el apio, merecen su propio lugar de privilegio en una dieta pensada para cuidar la sonrisa. No sólo contribuyen a limpiar los dientes de manera mecánica mientras se mastican, sino que además estimulan la producción salival, esencial para neutralizar los ácidos que provocan la desmineralización del esmalte. “La saliva es el gran lubricante y protector de la boca, y su producción puede incrementarse con alimentos fibrosos y crujientes”, subrayan los odontólogos en distintos encuentros científicos.

Otro pilar fundamental está en las verduras de hoja verde como la espinaca, el brócoli y la col rizada. Estas verduras, explican los profesionales, no sólo aportan una gran cantidad de calcio sino también ácido fólico, una vitamina B que ayuda a mantener las encías saludables y prevenir la inflamación gingival. Incorporarlas en las comidas diarias no sólo fortalece los tejidos blandos sino que además mejora la salud general del organismo, algo que, como recuerdan los dentistas, siempre se refleja en la boca.

Dentro de los alimentos a incluir, los frutos secos como almendras y nueces aparecen como aliados incondicionales. Su riqueza en grasas saludables, proteínas y minerales esenciales como el calcio, sumada al estímulo masticatorio que provocan, los convierte en una opción ideal para proteger dientes y encías. “Masticar frutos secos sin sal añadida es una excelente manera de fortalecer la mandíbula y mejorar la autolimpieza bucal”, destacan los odontólogos.

No todo son sólidos en este terreno: las bebidas también juegan su partido. El té verde, cargado de antioxidantes y compuestos antimicrobianos, se perfila como una infusión ideal para quienes buscan prevenir la formación de placa dental y el desarrollo de caries. Además, algunos estudios mencionados por los dentistas indican que su consumo regular podría reducir la inflamación de las encías y mejorar el equilibrio de la microbiota oral.

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Por su parte, los pescados grasos como el salmón o las sardinas, que aportan omega-3 y vitamina D, son recomendados por los expertos no sólo para la salud cardiovascular sino también para la bucal. La vitamina D facilita la absorción del calcio, y los omega-3 ayudan a controlar las respuestas inflamatorias, reduciendo así el riesgo de enfermedades periodontales.

Sin embargo, cuidar la boca a través de la alimentación no se limita a sumar alimentos beneficiosos. Los dentistas remarcan la importancia de restringir el consumo de azúcares añadidos -presentes no sólo en golosinas sino también en jugos industrializados, panes y salsas- y de limitar las bebidas ácidas como refrescos, jugos cítricos concentrados o café. “Cada ataque ácido debilita el esmalte, dejándolo más vulnerable a la caries”, alertan desde las asociaciones de odontología.

Armar una dieta de buena salud dental, según coinciden los profesionales, puede ser más sencillo de lo que parece. Un desayuno que combine yogur natural con almendras y kiwi, un almuerzo que incluya ensalada de espinacas, brócoli y salmón, una merienda de manzana o zanahoria cruda, y una cena liviana con pechuga de pollo y ensalada de col rizada representan un esquema posible y beneficioso para la boca y el cuerpo en general. Como acompañamiento, el agua y el té verde reemplazan con ventaja a las opciones azucaradas o ácidas.

En definitiva, como señalan los odontólogos, el camino hacia una sonrisa sana empieza mucho antes de llegar al sillón del consultorio: empieza en la mesa de cada casa, en la elección consciente de los alimentos de todos los días. Comer bien no sólo mejora la calidad de vida, sino que también puede ser la fórmula más sencilla -y deliciosa- para conservar dientes fuertes, encías sanas y una sonrisa genuina que resista el paso del tiempo.

Cinco alimentos y bebidas a evitar

❑ Golosinas y azúcares refinados: alimentan bacterias que generan caries.

❑ Gaseosas y bebidas azucaradas: son muy ácidas y dañan el esmalte.

❑ Jugos industrializados: tienen mucha azúcar y favorecen la erosión dental.

❑ Snacks ultraprocesados: se pegan a los dientes y se transforman en azúcar.

❑ Café y té negros: manchan los dientes y resecan la boca.

El yogur es un aliado de los dientes / Web