Monroyo Bistro: un pedazo de España en City Bell

Monroyo nació cuatro años atrás en City Bell. Es un restó “que tiene un menú corto que cambia por temporada para aprovechar los productos de estación”. Y es la criatura del chef Javier “Cocu” Nohaczewski, quien contagia su pasión por la cocina española. Platos sencillos, sabrosos y con una especial selección de los productos. Ahora, por ejemplo, hay que aprovechar un jamón ibérico muy singular, que estará presente en las próximas tres degustaciones del espacio.

“Me regalaron un jamón ibérico, de cerdo criado a bellota. No sabía si dejarlo en casa o llevarlo al restaurante. Son como noventa porciones; creo que es demasiado para mí, así que lo traje a Monroyo y está como entrada en unas degustaciones que armamos con la bodega Catena Zapata. Creo que es el mejor plan, compartirlo con los comensales mi espacio, que por suerte cada vez son más”, confiesa “Cocu” su “dilema”, al que resolvió de una manera simple: que el jamón esté en su cocina, que forme parte de sus platos.

Nohaczewski estudió en la Escuela de Cocina de Gato Dumas. Su primer acercamiento en la cocina como profesional fue en Sardis, un pequeño restaurante que estaba ubicado en 10 y 48, que dejó una profunda huella. Su experiencia se ha forjado en las cocinas de Europa (norte de Italia y Barcelona). También en Centroamérica, trabajando en una pequeña isla de buceo del Mar Caribe (Roatán, en Honduras). Y en la CABA (Recoleta y Palermo).

“Primero trabajé en el restaurante de un hotel y luego me puse un chiringuito en la playa, el sueño de muchos”, dice. Allí se enamoró de los productos de mar. Hace unos años, ya en La Plata, Cocu fue convocado por Gonzalo Benavides para la apertura de Urquiza. Los cocineros se habían conocido en Sardi y nunca dejaron de estar en contacto. “Gonzalo Benavides es un gran amigo y me identifico mucho con su cocina. Todo lo que hace Gonzalo lo comería”, dice Cocu y subraya: “Además me gusta el Gonzalo persona, es muy agradable de hablar y gran compañero de trabajo”. En plena pandemia, surgió la oportunidad de abrir Monroyo y juntos se embarcaron en este proyecto. Gonza dejó el camino allanado y hoy quien timonea los fuegos de Monroyo es Cocu con un rol muy activo. Todos los miércoles a la mañana, temprano, va al mercado y hace una selección de los productos para lo que serán los platos del fin de semana.

Nos sentamos con Javier para hablar del presente de su restaurante, que se ha ido haciendo conocido de boca en boca. Todo el que lo visita lo recomienda, porque es un lugar con escala humana, comida buena y rica, y atendido por sus dueños.

¿Siempre estás en Monroyo?

LE PUEDE INTERESAR

¿Qué hay de nuevo en la Ciudad?

LE PUEDE INTERESAR

Tiubs: cubanitos rellenos, una reversión de esta dulce costumbre

A mí me puedes ver todas las noches cocinando a la par de mis compañeros de cocina. Saliendo al salón. Saludando clientes, que ya casi son amigos. Y al final de la noche hablando con todas las mesas, preguntando cómo fue la experiencia y si hiciera falta agregar algo.

¿Qué es lo que más se come en tu restaurante?

Pastas y mariscos es lo que más eligen nuestros comensales. Desde paella, fideuá y pesca del día, hasta pastas clásicas como los malfattis gratinados o reversionadas como los varenikes de trucha y papa con crema limón y sésamo.

Algo muy importante es también que casi el 50% de nuestra carta es apta para celíacos.

Vemos que el vino tiene un rol protagónico en Monroyo…

Tenemos más de noventa etiquetas de vinos, muchos de ellos a precio de vinoteca, para que los comensales puedan acompañar nuestros platos con buenos vinos a precios razonables y la experiencia sea completa.

Hoy en día el vino es tan importante como los platos. Tener una buena carta de vinos es fundamental. Los clientes saben cada vez más de vinos y son exigentes en el tema.

Un ritual del lugar son los menús con degustaciones.

Si. Hacemos dos o tres degustaciones por mes con distintas bodegas con un menú de cuatro pasos. Son muy esperadas por nuestros clientes, que ni bien se publican agotan las reservas en pocas horas. Cuarenta minutos es el récord (recuerda y se ríe). Además todos los fines de semana hay platos especiales fuera de la carta.

¿Cómo ves la gastronomía regional en la actualidad?

En los últimos años la gastronomía regional creció muchísimo. Hay muchos cocineros nuevos aportando propuestas diferentes. Enriquecieron la gastronomía.

Para mí siempre van a tener un plus por sobre el resto los chefs que además son dueños de sus establecimientos. Que el dueño del restaurante esté dentro de la cocina es fundamental y los clientes lo notan.

¿Cómo es la actualidad de Monroyo?

Crece día a día. En septiembre vamos a cumplir cuatro años y todo el tiempo sigue llegando gente nueva, recomendada por el boca a boca.

¿Quiénes integran el equipo del restaurante?

Monroyo es una pequeña familia. Me acompañan Erica Pedetti, Laureano Quiroga y Marcos Iacona en la cocina. Y del salón se ocupan Mariana Díaz (mi esposa ), Oriana Galicchio y “ Coco “ Ulivares.

Vemos mucha concurrencia siempre…

Por suerte sí. La mayoría de la gente reserva su mesa porque se llena rápido y tenemos la particularidad de hacer solo un turno. Nadie te va a apresurar para que termines y te retires. Si alguna mesa se desocupa y llegan clientes por supuesto que los vamos a atender. Pero nuestra idea es que disfrutes de tu tiempo.