Crianza: cómo acompañar las emociones de los chicos en tiempos de crisis

Con el alto incremento en muchos precios, producto de una crisis económica que hace años sufre nuestro país, es esperable que haya tensión, malestar y angustia en las familias, que buscarán darle lo mejor a sus hijos/as pero en muchos casos deberán ajustar sus gastos y quizás no poder darle el regalo que esperaban para su cumpleaños o esa tan ansiada escapada en las vacaciones de invierno. Los chicos, chicas y adolescentes no son ajenos a todo lo que sucede, perciben este clima emocional y por eso es muy importante que podamos acompañar sus emociones y sentimientos en estos momentos, para que aún con las dificultades económicas, sientan el acompañamiento y la contención de su familia.

“Sabemos que en menor o mayor medida, desde edades cada vez más tempranas, los chicos tienen acceso a los contenidos que comparten y se difunden en los medios de comunicación, por lo que escuchan y ven las noticias sobre las medidas económicas que se están llevando a cabo en nuestro país. También, oyen en conversaciones de adultos o en reuniones sociales los comentarios y/o opiniones respecto a este tema, por lo que podríamos decir que no son ajenos a esta situación tan difícil que estamos viviendo como sociedad. Por ello, creemos que es sumamente importante poder aportar desde nuestro lugar brindando pautas y herramientas que ayuden a las familias a transitar esta situación tan compleja y delicada de nuestro país”, explica la licenciada María Laura Lezaeta, psicóloga infantil, co-autora del libro “EmocionadaMENTE”.

Lautaro Sosa es uno de tantos papás que para “achicar” gastos familiares, optó por cambiar de colegio a su hijo Mateo, de 8 años. “No fue simple, pero no había forma de seguir pagando una escuela tan cara; cuando la elegimos en el jardín, pensamos que íbamos a poder sostener ese gasto en el tiempo. Pero en diciembre pasado vimos que iba a ser imposible; era uno de los items a recortar porque no era solo el dinero de la cuota, sino de muchas otras cosas que estaban alrededor. Lo hablamos con Mate, le explicamos bien y no se lo esperaba. Lo entendió y nos preguntó si podía ir a alguna escuela con amigos. Es chiquito, nos partió el corazón. Pero pudimos encontrar un lugar en una escuela del barrio a la que van don compañeritos de fútbol. Está contento y nosotros mucho más aliviados del bolsillo”.

Valentina Mendy, mamá de Paz y Augusto, de 9 y 13 años, comenta “mis dos hijos son totalmente distintos en relación a cómo les afectan los problemas. El nene comprende, resuelve y sigue adelante; pero la más chiquita se frustra muy fácilmente. Llora, se encapricha y lo difícil es que esas emociones le duran muchos días. Los berrinches son muy difíciles de sostener, pero elegimos acompañarla, charlar, explicarle las situaciones en un modo real, porque sabemos que es así cómo va a ir comprendiendo mejor las cosas a medida que vaya creciendo”.

“Este año, para su cumple en marzo, no pudimos hacer la gran fiesta que ella quería. Tuvimos que ajustarnos porque siempre coincide con el inicio de clases y esta vez los costos de todo junto eran imposibles de afrontar en mi familia. Logramos hacer una pijamada en casa, con sus amigas más cercanas, contratamos un servicio que tenía carpitas y spa. Fue para 5 nenas, pero algo distinto, original. Paz después quedó encantada, pero la frustración inicial fue compleja. Buscamos opciones, elegimos cosas lindas, usamos la creatividad para sumar sorpresas y quedó encantadas. Hay que usar la paciencia de padres y la creatividad más que nunca en estos tiempos tan duros en lo económico”.

NO OCULTARLES LA SITUACIÓN FAMILIAR

Puede pasar que en ciertos casos, algún integrante de la familia (madre/padre/cuidador) haya quedado sin trabajo y/o está atravesando una situación difícil en su economía y este tema pueda generar que haya un clima familiar donde predomine cierta tensión, angustia y malestar. Los chicos, chicas y adolescentes no son ajenos a dicho contexto, por el contrario, son sensibles y “captan” ese clima familiar donde muchas veces puede generarles confusión, dudas y emociones donde predomine la ansiedad, preocupación, miedo y/o angustia. Lazaeta detalla que “es por ello, que consideramos importante tener presente algunas pautas a la hora de acompañar sus emociones ante dicho contexto”.

LE PUEDE INTERESAR

El estado de ánimo: entre las amenazas y el cuidado del bienestar

LE PUEDE INTERESAR

Energía renovable: una inversión pensada para el presente

“Es fundamental no dejarlos afuera de asuntos familiares importantes (como lo es la pérdida de un trabajo). Muchas veces pensamos que ‘ocultándoles’ la verdad, podremos evitarles sufrimiento, pero la realidad es que ellos/as de todos modos, notarán cambios en la dinámica familiar y también “captarán” las emociones de sus figuras referentes por lo que es importante habilitar un espacio de diálogo con ellos, y contarles la verdad adaptando siempre la información de acuerdo a la etapa evolutiva en la cual se encuentre ese niño o niña”, agrega.

Al momento de abordar este tema con los niños, niñas y adolescentes es importante hacerlo desde un lenguaje claro y contarlo con palabras simples, dándoles la oportunidad de procesarlo y hacer preguntas, en caso de que lo necesiten.

“Si bien no vamos a tener todas las respuestas a sus preguntas, es importante transmitirles seguridad, explicándoles en qué situaciones y épocas de crisis, manteniéndonos unidos como familia y armando red con familiares, amigos y personas de confianza con quienes ayudarnos mutuamente podremos transitar esta difícil situación. Esto no significa reprimir u ocultar nuestros propios sentimientos, ya que el mensaje que les transmitiríamos es que “no está bien visto” expresar nuestras emociones y por ende, podría dificultar que ellos puedan abrirse a nosotros y compartirnos sus emociones, preocupaciones y pensamientos. Se aconseja entonces compartir nuestro sentir siempre y cuando podemos autorregular la expresión de las mismas y no hacer catarsis o desahogarnos con ellos, ya que podría incrementar aún más su angustia y preocupación”.

DARLE LUGAR A SUS EMOCIONES

Los momentos de juego libre son muy importantes para que los chicos puedan canalizar sus emociones a través de lo lúdico. El acompañamiento de los padres no solo tiene que ser el de contener y acompañar su sentir sino también brindarles y propiciar las experiencias que les permitan elaborar y procesar sus sentimientos y emociones. Compartir tiempo con ellos; hacer juntos algunas tareas son cosas que los hacen sentir confiados y seguros, a pesar del contexto.

“También es aconsejable destinar en algún momento del día un espacio para que cada integrante pueda compartir con el resto sus necesidades, emociones y preocupaciones si las haya. Cuando compartimos con los chicos nuestras emociones y qué hacemos con ellas (por ejemplo, si estamos tristes, llamamos a algún amigo para compartir nuestra angustia) les estamos enseñando a ellos, a través de nuestro ejemplo, a que aprendan a cómo gestionar sus propias emociones”, sostienen los expertos en psicología infantil.

OCUPARSE DE UNO MISMO

Desde la psicología, una de las recomendaciones fundamentales para los padres es la de ocuparse de ellos mismos; sobre todo de la salud emocional en tiempos de crisis.

“Se deben buscar espacios y momentos en los cuales los chicos no estén presentes para conversar temas que sean puramente para debatir y compartir entre adultos. Muchas veces pensamos que no nos escuchan porque están entretenidos jugando, pero en realidad lo que sucede es que están atentos a nuestras expresiones, gestos y el contenido de lo que compartimos con los demás. Por ello, es importante preservarlos de temas que no les competen a ellos para no ocasionarles mayor angustia”,

La licenciada Lazaeta concluye su análisis diciendo que “para acompañar las emociones de los chicos y chicas, primero tenemos que ocuparnos como adultos de atender y cuidar nuestra salud mental. Por eso es importante armar, más aún en momentos de crisis, una red de apoyo emocional con personas a quienes tengamos confianza para compartir lo que nos sucede y sentimos. En la medida en que atendamos nuestras emociones, podremos guiar y acompañar las de nuestros hijos/as”.

Con el incremento en muchos precios, hay tensión, malestar y angustia en las familias

Al abordar este tema con los niños, es importante hacerlo desde un lenguaje claro