Sabella, entre sueños y recuerdos

ALEJANDRO SABELLA EN EL SILLON DONDE SOLO SE MIRA FUTBOL. EL DT DE LA SELECCION RECIBIO A ESTE DIARIO EN SU CASA, DONDE HABLO DE TODO Y DE TODOS

ENTREVISTA
Por MARTIN CABRERA

-Alejandro, ¿cuándo podemos hacer las fotos?

-El sábado.

-¿A qué hora?

-No sé, después te aviso, porque tengo que ver cómo me organizo con la familia y no quiero decirte una cosa y después fallarte.

Alejandro Sabella está terminando el año, un año destacado, y la producción de fotos le genera la misma responsabilidad que un entrenamiento, una charla o un discurso en el Concejo Deliberante para agradecer que lo hayan declarado Ciudadano Ilustre. Así es, vive y se relaciona el técnico de la Selección, que en el final de 2012 mantuvo una charla con este diario para trazar un balance, confesar que le cuesta disfrutar del cargo, y seguir derrochando elogios para el mejor jugador del mundo: Lionel Messi.

A pesar del insoportable calor, Pachorra cumplió con su palabra y abrió las puertas de su casa en el barrio de Tolosa. Ofreció gaseosa (su vicio), presentó a la perra Carie (una golden retriever) y al conejo Sebastián. “Llegué recién porque llevé a mi hija a tomarse el micro porque se fue a bailar a Olavarría. Pero igual le había avisado a Alejo que iban a venir ustedes”, avisa y saluda, vestido de pantalón corto y remera de la Selección. “Me puse ojotas, si me van a sacar fotos me pongo zapatillas”.

-¿Ahora está disfrutando ser el técnico de la Selección?

-No soy de disfrutar mucho. Cuando estábamos en Estudiantes y jugábamos domingo y miércoles, domingo y miércoles, entre nosotros decíamos “no podemos disfrutar nada”. Y ojo, acá los resultados nos acompañaron, porque no sabés lo que fueron esos cuatro o cinco días después de haber empatado con Bolivia en la cancha de River. De todos modos no alcanzo a disfrutarlo, no puedo, ni siquiera ahora que terminamos el año, porque juega Messi y casi me deja sin ver bailar a mi hija.

¿Cómo?

-El día cuando se lesionó en el partido de Champions estaba con mi mamá y mi señora en una pizzería, mirando el partido y haciendo tiempo porque mi hija bailaba en el teatro Opera City con la compañía de Iñaki Urlezaga. Imaginate que cuando lo vi en el piso y hablaban de rotura de ligamentos no quise ni entrar. Las mandé a ellas y quedé ahí sentado hasta que dijeron que no era una lesión grave. Me llamó Silvana (su mujer) y me dijo “dale que está en el entreacto”. Por suerte pude ver el segundo tiempo.

-¿Y ahora que el año se está por terminar...?

-Ves ese sillón, ahí miro todo. Hoy (por ayer) me vi Manchester City-Newcastle y un rato al Wigan, porque quería ver a Di Santo, pero jugó Mauro (Boselli)...

-¿En las vacaciones es el Sabella de todo el año o una versión diferente?

-(Se ríe y mira a su mujer e hijo que están al lado) Puede ser que algún día, digamos un lunes que no hay fútbol, me olvido de todo. Pero en el verano nuestro hay Champions y UEFA en Europa, los partidos de la Liga, salvo en Rusia y Ucrania que el parate es más largo por el frío. Y en enero están los partidos del sub 20 en Mendoza y todos los partidos amistosos en Mar del Plata.

-¿Cree que ahora le llegó el reconocimiento como técnico de la Selección?

-No sé. Lo mío es un trabajo de todos los días, no ando pensando en los reconocimientos. Tengo una tarea y una responsabilidad muy grande. Hay mucha gente que está detrás de un sueño de llegar (al Mundial), hacer un buen papel y, por qué no, ganarlo. Esas son las cosas que me preocupan y me ponen en estado de vigilia permanente. No me importa ser más o menos reconocido, lo que sí me desvela es la tarea para la cual fui contratado.

-¿De un plantel de 23 jugadores, cuántos ya tiene en mente?

-Hay 13 ó 14 jugadores que se repiten y están componiendo una base para los partidos de Eliminatorias, porque ustedes los periodistas apuntan a otro lugar...

-¿El país vecino?

-Sí. Nosotros estamos en las Eliminatorias todavía.

-El otro día dijo Gago-Mascherano están firmes...

-Es que se adaptan muy bien. Masche es el típico número 5 recuperador, rápido, fuerte y lee bien el juego. Gago le ayuda en la marca y tiene un buen despliegue físico.

Argentina y Sabella tuvieron un 2012 destacado, con triunfos resonantes en los amistosos (caso Brasil en Estados Unidos), una gran cosecha en las Eliminatorias (trepó del cuarto puesto al primero, con ventaja sobre el segundo), con una sintonía entre hinchas y jugadores y potenciando el nivel de Lionel Messi, que en 2012 fue el Messi que querían ver los hinchas argentinos con la camiseta argentina.

-¿Se puede superar 2012?

-Esperemos ser como Messi, que siempre busca dar algo mejor. Este año fue fantástico, pero buscaremos que el próximo sea igual o mejor. Desde lo deportivo el objetivo será clasificar (al Mundial), aunque eso va de la mano con lo humano, porque para lograr cosas hay que ser buena persona.

De inmediato, sorbo de gaseosa mediante, Sabella vuelve a mostrar que la mochilla de ser el DT de la Selección es muy liviana en los éxitos, pero decididamente pesada en los fracasos. Por eso la sonrisa de hoy puede ser un castigo en pocos meses. “Es una presión constante. Hay todo un país detrás nuestro, buscando un título que se niega desde 1986. Vivimos en un país futbolero y los estados de ánimo van cambiando constantemente. Siempre digo que es una gran honra estar en este puesto, pero también digo que llevo un peso enorme sobre mi espalda”.

-Si bien falta un mes y medio para el partido amistoso contra Suecia. ¿Tiene en mente el plantel que va a llevar?

-Vamos a ver si podemos llevar a algún jugador del medio local, porque el campeonato empieza el fin de semana posterior. En ese sentido podría haber alguna sorpresa. También del exterior podría haber algún jugador que nunca fue convocado. Pero no puedo decir nada porque falta mucho y puedo ilusionar en vano. Creo que lo mejor es que el jugador se entere en su debido momento, no ahora. El 22 de enero van a tener la lista.

-Matías Almeyda estuvo el día que lo declararon Ciudadano Ilustre. ¿Cómo es su relación?

-Es un chico bárbaro. Lo tuve como jugador en Reserva, también en la Selección. Y en el Parma. Es una persona muy honesta y sincera. Soy como un hermano mayor, muy mayor. Lo quiero mucho y me puso muy contento que haya podido venir hasta La Plata.

-El dijo: ‘Ojalá el fútbol argentino tenga muchos Alejandro Sabella’

-Se lo agradezco muchísimo.

ELIMINATORIAS POR TODO EL PAIS

-Messi dijo que quiere jugar un partido por Eliminatorias en la cancha de Newell’s. ¿Le gusta no centralizar todo en capital?

-Ya sabía esa idea de Lionel. Me parece bien, pero siempre tiene que tener una lógica en cuanto a los viajes. Si primero jugamos como locales y tenemos que viajar, que no nos quede muy lejos el segundo partido. El jugador argentino está acostumbrado a los viajes y le gusta recorrer el país. En Mendoza nos trataron muy bien y los chicos se volvieron contentos.

-¿Hay chances de que Argentina juegue algún partido de Eliminatorias en La Plata?

-Se insinuó varias veces. Las otras veces no prosperó por el problema del césped, pero ahora ha mejorado notoriamente. No lo descarto.

-¿Se van a jugar los clásicos contra Brasil el próximo año?

-Pienso que no, porque como se acerca el Mundial no los vamos a jugar y los vamos a dejar para después de la Copa del Mundo.

-Días atrás se jugó la final de la Copa Sudamericana en Brasil, la sede del Mundial, y fue un bochorno. ¿Qué le genera a usted?

-No podría hablar mucho porque no estuve y vi cosas aisladas por televisión. Son hechos que empañan lo que es una Copa y que parecen cosas que ocurrían en otros tiempos. Fue un hecho lamentable y ojalá no vuelva a ocurrir nunca más.

-Pero se genera un clima de rivalidad Argentina-Brasil en la previa de un Mundial...

-No estoy para exacerbar ánimos ni rivalidades. Lo que tenemos que hacer todos es aunar criterios y voluntades para mejorar. Si en el deporte pasamos por un sinsabor, tenemos que pensar en unirnos como está ocurriendo a nivel político en toda Sudamérica. Tratemos que en el fútbol no haya tanta rivalidad y desde mi lugar voy a tratar de bajar los decibeles.

-¿Deseos para 2013?

-Seguir pensando en positivo. Será como un partido que vamos ganando 2-0. Por un lado es muy lindo, pero al mismo tiempo es un resultado peligroso. No podemos ni queremos relajarnos. Hacer eso sería un pecado mortal. El triunfalismo puede ser muy negativo. Ya escucho voces que ya están pensando en llegar a la final del Mundial cuando todavía ni siquiera estamos clasificados.

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