Creen que al chico colombiano lo mataron a golpes, por venganza

El informe preliminar de la autopsia realizada al cuerpo de Leandro García, el adolescente colombiano de 16 años que apareció muerto al costado de la ruta 6, a la altura de Abasto, reforzó las chances de que la causa pase a Quilmes.

La posibilidad se barajó desde el principio, ya que en esa jurisdicción denunciaron la averiguación de paradero apenas desapareció el adolescente, pero las conclusiones forenses casi no dejan margen para otra cosa. En el cuerpo calcinado de la víctima encontraron restos de bolsas de nailon, lo que los lleva a suponer que en ese material lo envolvieron para trasladarlo hasta el sitio donde lo descubrieron el jueves pasado.

Esta especulación encaja con el informe de los peritos en rastros, para quienes la escena del hallazgo no fue la del crimen. En lo que hace a la mecánica del homicidio, los forenses observaron una fractura en el cráneo del menor y estimaron que fue eso lo que le produjo la muerte, entre 6 y 7 días antes de que encontraran su cuerpo.

Esto se ajusta a la denuncia por la desaparición de García que hizo su familia el 12 de febrero pasado, por la cual se abrió en la comisaría Cuarta de Quilmes una causa por “averiguación de paradero”.

Todas estas piezas juntas conforman como hipótesis más firme que Leandro fue capturado el 12 de febrero, asesinado a golpes y trasladado en bolsas al sitio donde descartaron el cadáver, en el kilómetro 44 de la ruta 6, muy cerca del cruce con la 54.

No queda claro si los restos fueron quemados allí o antes. Pero lo concreto es que todo apunta a una venganza con olor a mafia.

una escena espeluznante

El caso salió a la luz el jueves a la mañana, cuando operarios de una empresa de transporte de gas hacían tareas de control de conexiones para Camuzzi y se toparon con el cuerpo. Llamaron al 911, acudieron policías del CPC y, enterado el fiscal Marcelo Martini, convocó al gabinete de Homicidios de la CDI La plata, que encabeza por ahora la pesquisa.

Precisamente, a partir de su intervención, se logró establecer que en la ciudad de Quilmes estaban buscando a un adolescente de las características del fallecido. Por eso se contactaron con la familia y trasladaron a uno de los hermanos del chico hasta la horrorosa escena, para verificar si se trataba de la misma persona. “Es él”, dijo el joven, por las prendas de vestir que quedaron adheridas al cuerpo y una ortodoncia fija (brackets).

El cadáver presentaba un avanzado estado de putrefacción y signos de haber sido parcialmente quemado en el torso. Ya durante las primeras comunicaciones oficiales, los pesquisas le refirieron al fiscal Martini que el adolescente había sido metido dentro de una alcantarilla, que “estaba hinchado y con fauna cadavérica”, por lo que, una vez finalizados todos los peritajes, se ordenó su traslado a la Morgue para la realización de la operación de autopsia, que se hizo ayer.

Más allá de las dudas, los investigadores se muestran casi convencidos de que la saña con la que atacaron a García podría guardar directa relación con el móvil del homicidio. Además, trascendió que la familia del joven colombiano asesinado se dedicaría a prestar y cobrar dinero por cuenta propia, lo que hace sospechar de un supuesto ajuste de cuentas vinculado a un conflicto por esa actividad financiera.