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Opinión |ANALISIS

Los tres mosqueteros y Baradel

Los ministros Lacunza (Economía), Villegas (Trabajo) y Finocchiaro (Educación), las espadas de Vidal para resolver el conficto docente

Los tres mosqueteros y Baradel

SHUTTERSTOCK

Por luis moreiro

23 de Febrero de 2017 | 03:51
Edición impresa

 

No se sabe si en su más tierna infancia la gobernadora María Eugenia Vidal fue admiradora de Alejandro Dumas, o si en sus juegos incluía las aventuras de D’Artagnan y los tres mosqueteros. Pero lo cierto es que más allá del archiconocido lema de “Todos para uno y uno para todos”, a Marcelo Villegas, ministro de Trabajo; Sebastián Lacunza, ministro de Economía y Alejandro Finocchiaro, titular de la cartera educativa, les ha encargado -como si fueran los míticos espadachines al servicio de Luis XIII- la tarea de convertirse en las caras visibles del gobierno provincial frente al conflicto docente que, puertas adentro de la gobernación, tiene un solo enemigo: el titular de SUTEBA, Roberto Baradel, a quien -y siguiendo el hilo de la histórica novela- sería un exceso compararlo con el cardenal Richelieu.

Cierto es que ambos tuvieron algo que ver con la docencia. Al francés se lo recuerda casi como el padre de La Sorbona. Al autóctono, no tanto.

“La nuestra no es una batalla contra los docentes; en todo caso es una batalla contra un sector de los docentes que hace política”, se sinceró ante EL DIA un ministro provincial. Sin nombrarlo, era obvia la referencia a Baradel.

En el entorno de la gobernadora ven en la figura del dirigente gremial a un operador que, en un año electoral tratará de llevar agua para el molino kirchnerista -o el del Martín Sabatella y su Nuevo Encuentro - en todo caso.

Una fuente irreprochable del oficialismo ayer al mediodía lo graficaba muy sencillamente: “Baradel hizo 17 paros docentes en 2014, durante el gobierno de Scioli. En 2015, año de elecciones y por orden de Cristina, no hubo uno solo. Claro como el agua...” Agregaba, a renglón seguido, una cifra que comenzó a trascender el domingo por la tarde: los alumnos de las escuelas públicas de la provincia perdieron 110 días de clases por paros docente en los diez años últimos. Un período lectivo normal -teóricamente- debería tener 180 días de clase. “Inadmisible, a todas luces”, se quejaba el funcionario.

larga lista de reproches

La lista de reproches es larga. Un “paper” que se hizo circular desde la Provincia detalla, entre otras cuestiones, la perdida de matrícula de las escuelas públicas a mano de las privadas. Según esas cifras, en los diez años últimos sólo en el nivel primario, la educación estatal perdió 56.288 alumnos, al mismo tiempo que la privada aumentó en 100.139.

Recuerdan en el Gobierno que un sector del gremialismo -ese sector al que acusan de hacer política- es el mismo que se opone a las evaluaciones docentes, o las de los alumnos. “Nosotros pretendemos más para la educación provincial. Pretendemos reformarla en serio”, se repite en los despachos cercanos al de la gobernadora.

Un trabajo en elaboración sobre presentismo, días de licencias otorgados y suplencias, a su vez, arrojaría cifras poco menos que escandalosas.

politica de estado

En el vidalismo más puro, además, comienza a hacerse carne un concepto que -según seguros informantes- la Gobernadora deslizó ante su mesa chica: “El objetivo de luchar por la calidad educativa es una política de Estado. Tanto como la lucha contra la corrupción policial, o el narcotráfico”. Vidal, dicen, no está dispuesta a ceder terreno. Y piensa demostrarlo en los hechos. Entra allí, entonces, la tarea de “los tres mosqueteros”.

La estrategia gubernamental, hasta anoche, barajaba dos escenarios diferentes: uno con el conflicto docente plantado sólo en la provincia de Buenos Aires y otro con el conflicto docente llevado a escala nacional.

Resulta llamativo que a esta altura de los acontecimientos nadie habla del tercer escenario, que debería ser el normal: chicos a clase en tiempo y forma. Hoy por hoy, esa posibilidad parece ser un horizonte poco menos que imposible.

“Si se aplicara una lógica gremial, podríamos decir que estamos cerca del acuerdo”, especulaba ayer un funcionario provincial que es fuente de consulta en el tema. No creía el informante que, en este tema se aplicara la lógica gremial. Apostaba más a la lógica política que, en este caso, sería sinónimo de conflicto.

vidal vs. docentes

Suponen que a los gremios bonaerenses lo que más les conviene es el conflicto a nivel país (los primeros pasos en ese sentido se dieron ayer, ver página 11). Creen que ni a SUTEBA ni a la FEB, les conviene enfrentar a Vidal. El casi 60 % de imagen positiva de la Gobernadora, según los analistas del oficialismo, podría actuar como un escudo protector interesante frente a los gremios.

En la Provincia se ufanan de los logros conseguidos en materia sindical-salarial. Quince de los 18 sectores más numerosos de los empleados públicos cerraron ya acuerdos por el 18 %. Siguen “afuera” Cicop (médicos), judiciales y docentes.

Claro está que lo que muestran los papeles, o los que se explica detrás de un escritorio, debe luego tener su correlato en la vida cotidiana.

No es lo mismo diez, doce, quince o veinte días de paro docente, que la misma cantidad de días no trabajados en otros sectores de la administración pública. Cuando de las clases y de los chicos se trata, la presión social tiende a llegar a límites complicados, sólo por decirlo de alguna manera.

En el Gobierno sostienen que aquellos que votaron a Vidal son conscientes de que los cambios propuestos demandan tiempo y esfuerzo y creen (¿infantilmente?) que ese paraguas incluye el tema docente.

La cuestión, en todo caso, será saber cuánto está dispuesto a arriesgar el Gobierno y cuánto los gremios. Creen en los despachos de la Gobernación que 2017 puede ser un año bisagra en la cuestión educativa.

¿Cuánto podría durar un paro de maestros?, quiso saber EL DIA. “Si es sólo en la Provincia, una semana. Si se nacionaliza, un poco más”, se supone en el entorno de la Gobernadora.

¿Hay plafón para un conflicto nacional?, inquirió el cronista. “Mendoza ofreció 17 % y si no hay acuerdo, tal vez lo otorguen por decreto. Córdoba ofrece 18 %, con una cláusula de ajuste por inflación similar a la nuestra. Santa Fe, en manos del socialismo, tal vez ofrezca más y lo mismo podría pasar en San Luis”, se dijo.

lunes de carnaval

Así, en este marco, las partes se sentarán hoy, en el Ministerio de Economía de la Provincia, en lo que se define como una “mesa técnica salarial” en la que no se hablará de paritaria. Esa reunión, la importante, será convocada para el lunes de carnaval. Subliminalmente -o no tanto- la Provincia busca mostrarse activa para solucionar la cuestión docente, hasta trabajando un feriado.

Aunque hasta anoche no estaba definido si alguno de los ministros se iba a sentar hoy en la mesa de las negociaciones, sí estaba claro que ante los gremios se iba a explicar con lujo de detalles (power point incluido) hasta el más mímimo detalle la propuesta oficial: 18 % de aumento con cláusula gatillo trimestral y que a valores reales el año pasado el salario docente tuvo un incremento de 1,9% por sobre la inflación.

Según la cuentas del Gobierno -las que serán presentadas hoy a los gremios- el salario medio de un docente provincial es de $19.200 y apenas un 7 % de los casi 300.000 maestros provinciales cobra el básico de $ 9.800.

Los tres mosqueteros, Athos, Portos y Aramís, tendrán hoy una nueva sesión de esgrima. Habrá que ver que dice D’Artagnan al final del día.

 

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