Los padres dan pelea a los aumentos y hacen malabares para ahorrar en la canasta escolar

Sin tantas contemplaciones con relación al pedido de los chicos, este año los padres están decididos a rescatar útiles del año pasado y comprar solo lo imprescindible para el inicio del próximo ciclo escolar. Después de una recorrida de EL DIA por comercios mayoristas y librerías de la Ciudad se constató que este año las compras están demoradas y la mayoría coincide que eso es por las cuentas que las familias tienen que hacer para satisfacer la demanda de la canasta escolar.

En ese marco, las librerías son territorio de los adultos para que los berrinches no desestabilicen el presupuesto.

Natalia, vecina de Tolosa y madre de dos niños, contó que este año la mayor parte de su presupuesto para gasto escolar estará destinado a Nicolás - 6 - que arranca primer grado.

“La nena pasa a quinto grado y tiene muchas cosas del año pasado; tal vez le dé el gusto con alguna carpeta nueva, pero eso si me alcanza la plata”, dijo mientras observaba minuciosamente la góndola de cartucheras de un hipermercado mayorista.

En ese lugar hay dos sectores destinados a los útiles escolares, uno con carpetas, hojas, cartucheras, cuadernos y mochilas; y otro, mas acotado, para los útiles mas pequeños como lápices, fibras, lapiceras, plasticolas y sacapuntas.

“Yo vine a buscar una mochila que acá me cuesta $ 400 y en una librería de diagonal 80 la vi a $ 750”, contó Alberto, vecino de Melchor Romero y padre de dos niños en edad escolar.

En esa firma mayorista las personas consultadas señalaron que la diferencia de precios con relación a las librerías de barrio va entre el 30 y el 50 por ciento más económico.

Además muchos se detienen a observar las diferencias de precios con relación a las marcas; por ejemplo un cuaderno Éxito de 100 hojas cuenta $ 83; en tanto que el Ledesma se consigue por 84 hojas se consigue a $ 58, 37.

“En casa nos tuvimos que olvidar de las marcas, compramos lo que se puede y además recuperamos las carpetas del año pasado que no están tan mal”, aseguró Martina, vecina de City Bell.

Más allá de los precios, también están los que quieren recibir una atención personalizada para que los libreros los orienten con relación a la calidad de cada producto.

En una librería del microcentro platense los empleados coincidieron que por estos días aumentó la demanda de útiles escolares, aunque reconocen que en menor medida al año pasado.

“Tal vez sea porque las clases arrancan un poco mas tarde o porque la gente todavía no se recupera de las vacaciones, pero en el salón hay la mitad de clientes de los que siempre tenemos para esta época”, dijo un empleado que además indicó que los padres se detienen mucho más para comparar los precios entre las primeras y segundas marcas.

Otra costumbre que este año parece caer en desuso es la consulta a los pequeños con relación a lo que se compra.

“Antes compraba artículos de diseño, este año hablé con Sofía y le expliqué que las cosas que necesitaba las íbamos a comprar en la librería y que iba a llevar útiles del año pasado. Según mis cálculos tengo un gasto de $1500, cuando el año pasado gasté $ 800”, apuntó Soledad, madre de una nena que pasó a sexto grado.