La resistencia del espíritu

En los últimos años Angelina Jolie ha dejado de lado su carrera como actriz, protagonizando apenas un filme, “Maléfica”, y prestando la voz para otro, y concentrándose en su carrera como directora y en su trabajo humanitario, dos obras que para la actriz e incipiente cineasta son caras de una misma moneda.

Su primer trabajo detrás de cámara, “In the land of blood and honey”, denunciaba las atrocidades de la guerra de Bosnia y fue recibida con aplausos para Jolie e incluso con una nominación para los Globo de Oro como mejor filme dramático; y para su segundo emprendimiento, “Inquebrantable”, que llega al cartel este jueves en la Ciudad, la directora vuelve a mostrar su militancia, una actitud coherente con su labor como embajadora del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

“Es algo que veo cuando visito a refugiados, a las familias de las víctimas, los supervivientes de violencia sexual... Hay muchos seres inspiradores en el mundo y hay que recordar el poder de la bondad”, explica Jolie su decisión de insistir con temáticas bélicas en tiempos de guerra.

Uno de esos “seres inspiradores” fue para Angelina fue Louie Zamperini, el hombre que asomaba como delincuente juvenil pero que se recicló como atleta olímpico en Berlín 1936 y fue héroe de la Segunda Guerra Mundial. En su biografía se basa la esposa de Brad Pitt para construir “Inquebrantable”, que filmó con el consenso y el consejo del propio Zamperini, de quien Jolie se volvió muy apegada hasta el día de su muerte, el 2 de julio de 2014, cuando la película ya había terminado de ser rodada y se preparaba para su estreno en Estados Unidos.

LA TRAMA

A la vez relato de un náufrago, de un soldado y de un deportista, la historia de Zamperini tenía todos los condimentos para el Oscar, aunque finalmente directora y película no recibieron nominaciones. Campeón olímpico de joven, luego participó en la Segunda Guerra Mundial: durante la contienda pasó 47 días en una barca en medio del océano y fue prisionero de dos campos de concentración japoneses, donde vivió en un régimen de casi esclavitud, una historia recogida por la escritora Laura Hillenbrand y ahora llevada al cine por Jolie.

El libro se publicó en 2010 y se convirtió de inmediato en un superventas, y la historia que fascinó a Jolie. “Hay mucho dolor en este mundo y creo que necesitamos relatos como la historia de un hombre que encuentra el camino en la más profunda oscuridad para acabar emergiendo en la luz, relatos que nos puedan ayudar, inspirar, mostrarnos algo notable y hacernos ver la vida de forma positiva”, asegura la cineasta, que recibió la colaboración de Joel y Ethan Coen con el guión.

Rodada en Australia, un equipo de 150 personas se trasladó mar adentro frente a las costas de Queensland para rodar las escenas en las que Zamperini y otros dos compañeros sobrevivieron en una balsa durante 47 días. Jack O´Connell (Louie Zamperini), Domhnall Gleeson (Russell Allen Phillips) y Finn Wittrock (Francis McNamara) interpretan a los tres militares que sobrevivieron al accidente de un avión, aunque el tercero moriría antes de que sus dos compañeros fueran rescatados por la armada japonesa.

UNA VIDA AJETREADA

Jolie sale más que airosa de la dirección de estas complejas escenas, y aunque el sueño del Oscar se evaporó, su tarea como directora volvió a ser reconocida por la crítica. Y la actriz no detiene su ritmo: mientras se ocupa de la posproducción de su tercer filme, “By the sea”, alterna el cine con su labor humanitaria, mientras piensa en la posibilidad de involucrarse en política luego de, el año pasado, haberse casado con Brad Pitt, con el que tiene seis hijos: tres naturales y tres adoptados.

Una vida de lo más ajetreada para una de las actrices más admiradas y deseadas, que no tiene ninguna intención de bajar su ritmo de trabajo ni siquiera cuando se mete en producciones tan complicadas como la de “Inquebrantable”.