Jorge Rial: el enemigo público

“No medí riesgos a la hora de sentarme a escribir: me dije tengo que escribir la verdad, no tengo que escribir lo que me devuelve el espejo, porque cuando te mirás al espejo te ocultás los rollitos y las arrugas”, sostiene Rial a la hora de explicar o presentar su libro, Yo, el peor de todos . “Esta es una biografía escrita por mí, objetivamente es una biografía no autorizada. Logré abstraerme, mirarme desde afuera y contar todo. Lo bueno y lo malo, es una parte mía muy cruda, porque cuando uno escribe de su vida tiene que ser así, no sirve una versión edulcorada. No me va eso de decir soy bueno y me quiero”, amplía.

El libro, recién editado por Margen Izquierdo, cuenta experiencias y vivencias de Rial desde que era cronista y panelista de “Indiscreciones”, su paso por canales como Telefe, el 9 y su desembarco en América, que se transformó en su “hogar” televisivo.

Con el paso de los años, el periodista se convirtió en una figura clave del mundo de la TV, ya que nadie ha retratado como él la guerra por el rating que llevan adelante los canales líderes, pero además fue testigo de negociaciones y renovaciones de contrato de importantes figuras como Marcelo TInelli, Susana Giménez y otros.

Con su ciclo “Intrusos”, que comenzó en enero de 2001, se transformó en el líder del periodismo de espectáculos, situación que refuerza con la revista “Papparazzi”, una de las de mayor tirada, mientras que en su programa en la AM La Red, despunta un rol de periodista más político y social.

Parte de sus secretos, de los chismes que conoce los ha ido contando en sus libros anteriores, pero ninguno tiene tantas vivencias personales y políticos como Yo, el peor de todos .

“A Intrusos los canales le tienen miedo porque creen que se van a pelear con los actores, que los actores se van a enojar y no van a querer ir a trabajar a ese canal. Un miedo estúpido. Pero cuando miran lo que genera Intrusos, lo que factura intrusos, respetan”, sostiene.

“Con el 13, una vez hace mucho, los dejé plantados y me hicieron la cruz, entonces el Grupo Clarín cada vez que puede me la pone. Pero está todo bien. Sé que Suar me quiere tener, me lo dijo mil veces. Yo estoy bien donde estoy, sé que América es mi lugar, me dan mucha libertad, y sé que en Telefe y en el Trece no la podría tener, porque allí hay muchos intereses metidos”, explica.

A Rial lo une una gran amistad con Marcelo Tinelli y algunas circunstancias que vivió el creador de Ideas del Sur aparecen en el libro, porque “en todos los episodios que cuento estuve presente, nadie me los contó, yo los vi y viví. Por eso nadie puede decir que eso es falso. Yo estaba ahí. Y lo que escribo de Tinelli, lo vi y estuve”.

“Tinelli es tinellista, tiene un partido político con un sólo integrante que es él, todos los demás giran alrededor de él. Trabaja para él y está bien, no me parece mal. Además me llevo muy bien con él”, añade.

En otro capítulo, Rial cuenta su adhesión al peronismo y lo explica de manera muy llana: “el peronismo es poder y lo ejerce. El peronismo es el único partido político que tiene vocación de poder y punto, por eso el próximo presidente va a ser peronista”.

Sobre los tiempos en que el periodismo en democracia estuvo más desprotegido, el periodista señala que “en el final del gobierno de (Fernando) De la Rúa, hasta la llegada de Néstor Kirchner. Estábamos en riesgos todos: la sociedad y nosotros los periodistas. Te podían fajar en una marcha, matarte o censurar. Yo cubrí un cacerolazo contra (Eduardo) Duhalde en América y al otro día me cayó la AFIP a revisar todo, como método de coerción”.

“Es muy difícil hacer un programa político en la tele: o caés en la mesa con cuatro tipos o en el quilombo de ‘Intratables’, el programa de Santiago del Moro, que de todos los estilos, es el más natural y donde hay más voces. Hay más debate en ‘Intratables’ que en ‘A dos voces’. A mi me gustaría hacer política en TV, pero todavía no sé cómo”, confiesa.

Para el conductor, la TV argentina está en crisis, crisis creativa y económica. El cable, pero sobre todo las plataformas, están robando mucho. Creo que todavía la TV abierta tiene que mucho para dar, hay que ponerse a ver y elegir mejor. Lo que tiene hoy la ficción es que te perdés diez capítulos y volvés y están todos los personajes igual”, analizó.