El canje no logró seducir

El mercado financiero definitivamente le dio la espalda a la iniciativa del Gobierno de canjear el Boden 2015, cuyo vencimiento opera el año próximo por un nuevo títulos, que se amortizaría totalmente en el 2024 o adelantando el pago a quien quisiera cobrarlo.

De esta forma apenas se logró suscribir 9,5 por ciento del total de 3.000 millones que el Gobierno ofreció en Bonar pagadero en 2024.

De inmediato el resultado generó una profunda polémica entre el ministro que además de explicar la escasa adhesión a los problemas financieros internacionales también aseguró que el país y su política económica recibieron un espaldarazo de los grupos inversores y consideró que la poca adhesión a la propuesta de pago anticipado, que sólo alcanzó a 185 millones de dólares (apenas un 2% de la tenencia) representaba un “shock de confianza para el país.

Lejos de estas apreciaciones, los economistas de la oposición consideraron que los escasos 286 millones de dólares de la nueva emisión de Bonar 24, más los 377 canjeado por el Boden 2015, significaron una respuesta decepcionante a la oferta oficial.

Cualquiera sea la lectura que se haga de los resultados de la oferta de bonos, lo cierto es que se estuvo muy lejos de alcanzar los 3.000 millones de dólares del nuevo título que se proponía colocar en el mercado para aliviar el cronograma de pagos del año entrante, mediante este procedimiento.

CAMBIO DE ESTATEGIA

De esta manera, el Gobierno deberá hacer frente en octubre del año próximo al pago de 6.138 millones de dólares en Boden 2015.

Los números anunciados por el funcionario fueron contundentes: de los 6.700 millones de dólares ofrecidos para realizar el canje adelantado en efectivo sólo se efectivizó un 2%, unos 185 millones de dólares. En tanto, respecto al canje del Boden 15 por el Bonar 24, el Ejecutivo sólo recibió pedidos por 377 millones de dólares, cuando la oferta del Gobierno fue de 3.000 millones de dólares.

La explicación que brindó Kicillof a estos resultados fue que se trató de un “test de confianza” al que se sometió la Argentina en los mercados, que “dio positivo porque casi nadie ha decido llevarse los dólares”.

De esta forma, la audaz medida del Gobierno, para hacer frente a la escasez de divisas de cara a un 2015 con fuertes vencimientos, volvió a generar incertidumbre e incluso hizo rebotar al dólar blue, que en las últimas semanas se mantuvo planchado y con tendencia a la baja.

Con esta maniobra, el Gobierno buscaba despejar el panorama financiero del año próximo, ganar poder de negociación en una eventual negociación con los fondos buitre (a partir de enero, ya sin riesgo de default, al vencer la cláusurla Rufo. Este bono fue emitido en 2005 por un total de 5.817 millones de dólares y vence el 3 de octubre del 2015, pocos días antes de las elecciones presidenciales. Lo cierto es que la operación no sedujo por distintos factores, algunos de neto corte financiero e impositivo que desalentaba realizar la operativa por ser antieconómica.

La falta de aceptación del canje fue lo que realmente preocupó al Gobierno, porque se esperaba una mayor aceptación de inversores institucionales. Se buscaba ampliar la entrada de divisas. Irónicamente, una vez que el Gobierno toma una medida positiva el mercado decide jugarle una mala pasada. Es más, se buscaba satisfacer la demanda de divisas, compensar el impacto de precios internacionales más bajos sobre las exportaciones y darle un poco de oxígeno al nivel de actividad vía mayores importaciones, e inclusive puede bajar las tasas que paga el Gobierno que como se ve en el gráfico es una de las más altas de la Región.