¿Qué es lo que hace que la vida funcione y siga adelante?

Tiene lobos marinos retozando al sol a la orilla de un mar espumoso que se mueve con fuerza en un desértico paisaje patagónico de 1882. También tiene soldados, caballos, fantasmas y asesinatos, además de un perro desgarbado que se convierte en un hombre que se enamora de una mujer. Claro que también lo tiene a Viggo Mortensen en la producción, música y actuación, además de la poesía de Fabián Casas, y la dirección de Lisandro Alonso, el joven realizador dueño de un estilo inclasificable y personal que produjo esta nueva entrega, “Jauja”, el filme que se estrena hoy en las salas locales y que está compitiendo en Mar del Plata por el Astor de Oro a la mejor película de la muestra.

Menos de una línea bastaría para explicar de qué va esta historia: un padre desesperado que busca a su hija. Sin embargo, la película que cosechó elogios en su paso por Cannes, Toronto y Nueva York está envuelta en un halo misterioso y sobrenatural que la pinta con poesía y misticismo, aunque con reminiscencias al cine más clásico y tradicional.

Filmada en un formato cuadrado, como de diapositiva, simulando una película de época que, sin embargo, tampoco pretende ser, “Jauja” marca un quiebre en la producción de Alonso, el mismo director de “La Libertad” (2001), “Los Muertos” (2004), “Fantasma” (2006) y “Liverpool” (2008), todos filmes estrenados en Cannes y caracterizados por no contar con actores en su elenco sino por personajes reales y marginales, cuya naturaleza sin poses le interesaba capturar.

Y en esta nueva etapa de rodar con profesionales, Alonso no se anduvo con vueltas y convocó a través del escritor Fabián Casas a Viggo Mortensen, uno de los nombres más populares y requeridos en la industria de Hollywood, para que se ponga en la piel de un capitán danés que llegó al país para trabajar en la Conquista del Desierto, acompañado por su hija, una bella adolescente marcada por la ausencia de una madre, que encontró en ese paisaje hostil su despertar emocional y sexual. “Me encanta el desierto, me gusta cómo me entra y me llena”, le dijo a su padre con picardía, descolocando a un personaje que tiene una mente racional del norte de Europa y está en un sitio que le parece extraño y al que se resiste, marcando el tiempo que falta para volver a Dinamarca para intentar ser una familia normal, donde le pueda dar ese perro con el que ella siempre soñó, un amigo fiel que la siga a todos lados. Al fin y al cabo, ¿qué es lo que hace que la vida funcione y siga adelante?

UN WESTERN ARGENTINO

Entusiasmado y feliz por debutar en el Festival de Mar del Plata en el que trabajó entre el 97 y 98 bajo el ala de Nicolás Sarquís en la sección Contracampo, Lisandro Alonso estaba muy conmocionado con el asesinato de una amiga cuando comenzó a pensar en esta película. “En cierta manera extraña, siento que este filme vino hacia mí y tomó su forma irreal como un modo de ayudarme a capturar el mundo y el tiempo en el que vivimos, cómo nos desvanecemos para volver inexplicablemente de formas siempre misteriosas”, aseguró el director nacido en Buenos Aires en 1975.

Después llegó la convocatoria de Fabián Casas, guionista de “Juaja”, quien, citando al Duque de Arquitania, dijo haber querido hacer “un poema de la pura nada, no tratará de mí ni de otra gente, sino sobre el hecho de haber sido compuesto durmiendo sobre un caballo”. Para el poeta “lo que queríamos lograr era una película donde el espectador pudiera poner su propia experiencia y se animara a caminar con nosotros en este estado de incertidumbre… No me interesa un espectador dirigido ni pasivo, por el contrario, busco que el público camine conmigo y dude a cada minuto”.

Viggo Mortensen, estrella principal de la conferencia de prensa realizada el día del estreno en el Auditorium Astor Piazzolla, confesó que aceptó ser parte de este proyecto porque es un filme que sin dudas le gustaría ver en la pantalla grande. “Me gustó inmediatamente la idea del cuento. Es una película bastante singular no sólo por la manera en la que está narrada sino por las influencias que tiene. Es una película tan danesa como argentina, es una mezcla muy difícil de encasillar. La idea básica de un padre que va en busca de su hija, en una búsqueda peligrosa en la que se confunden los tiempos, la identidad y la idea de la familia, me pareció genial. Además de que tenía una raíz muy clásica de cine, lo que se podría definir de alguna forma como un western argentino, eso me fascinó”, relató el actor que interpretó a Aragorn en “El señor de los anillos”.

Para Viggo, quien no puede ocultar su pasión por San Lorenzo en ninguno de los lugares del mundo a los que va, haber sido parte de este proyecto “fue una de las experiencias más gratificantes” de su vida. “El proceso de Lisandro –aseguró- apunta constantemente hacia la destilación, insistiendo en la verdad intrínseca y esencial de todo momento de manera amable pero tenaz. Es muy distinto querer alcanzar esta suerte de estética ´limpia´ que ser capaz de expresarla con gracia y originalidad. Directores como él, que nos emocionan con la sutileza y la autenticidad inconfundible de su estilo, no aparecen con frecuencia. Estoy orgulloso de haber sido testigo de este importante paso adelante en su carrera creativa”.

Paradisíaco lugar imaginario donde reina la prosperidad y la abundancia, “Jauja” se presenta como una aproximación poética y fílmica a un hecho tan particular como lo fue la Conquista del Desierto, una excusa para la realización de un relato onírico en el que cada espectador pueda atravesar con libertad por un camino extrañamente sinuoso y difícil de encasillar. Buen viaje.

María Virginia Bruno