Grafitis, un calvario para comerciantes de Gonnet

Un ex restaurante cuyo local está en alquiler, una pizzería, una farmacia, un predio de fútbol 5, un kiosco... y sigue la lista de frentes que en la zona comercial de Gonnet, en los últimos días, se convirtieron en blanco del vandalismo “grafitero”, que no perdona espacios limpios de la vía pública y los tapiza de leyendas incomprensibles.

Las pintadas con aerosol sobre muros ajenos avanzan sin freno. Por lo general, los “autores”, que suelen proceder bajo el amparo de la noche, dejan sus marcas en edificios públicos, negocios, e incluso viviendas particulares, ubicados todos en el casco urbano platense. Ahora, ese “arte” callejero anónimo, que invade paredes con pintadas sin pedir permiso, se extiende, a medida que corren los días, por el camino Centenario y a lo largo de varias cuadras vecinas a la estación de trenes de Gonnet. Los comerciantes de la zona, que viven limpiando las fachadas y encargando nuevos trabajos de pintura, ya están hartos de ese accionar.

Leandro Mancuso es dueño de una pizzería ubicada en Centenario entre 504 y 505. “Cada vez que nos pintan el frente nos arruinan - dice, ya resignado -. Hace poco tuve que volver a plotear el vidrio porque lo habían garabateado todo sobre el nombre de la casa. Esto es maldad, lo hacen para causar daño. Esto no es arte grafitero”. Poner a punto otra vez la marquesina le cuesta a Mancuso alrededor de $2.500, según calculó el joven.

La pizzería está entre un lugar que alquila canchas para fútbol 5 y una farmacia. El local dedicado al deporte, al que se le había mandado a hacer una suerte de friso alegórico a la actividad, lo atacaron con pintadas noches atrás y le arruinaron, justamente, ese trabajo. Y en el comercio de expendio de medicamentos le taparon la cortina metálica con letras que para el común de la gente no tienen ningún significado.

En esa cuadra del camino Centenario entre 504 y 505 no hay local comercial que haya zafado de las escrituras. La fachada y el toldo de un kiosco con polirrubro también han sido usados como una gran pizarra para expresarse. Según explicó una de las empleadas del negocio, Estefanía Navarro, “nuestro frente lo hizo una empresa con su publicidad; como lo taparon con grafitis tuvimos que llamar y avisarles para que lo hagan de nuevo”, contó.