Una jefa de Estado más serena pero con la firmeza intacta

Por MARIANO SPEZZAPRIA

Más serena y por ende menos enfática, pero con la firmeza de siempre. Así se la vio ayer a Cristina Kirchner en su regreso a la actividad pública tras casi un mes de ausencia por razones médicas. La Presidenta reapareció como oradora de cierre de la convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción, en el emblemático hotel Sheraton. Allí no escuchó sólo buenas noticias, pero lució tolerante y le sobraron fuerzas para lanzar mensajes de advertencia a jueces y opositores varios.

“Aquí estoy de regreso de mis vacaciones anuales. Una vez fueron en el (hospital) Austral, luego en la (clínica) Favaloro y ahora en el (Sanatorio) Otamendi”, arrancó Cristina Kirchner ante un auditorio integrado mayoritariamente por empresarios, aunque unos cuantos militantes también se las ingeniaron para ingresar al hotel que en la década del ´70 querían convertir en un hospital de niños. “Cómo estoy yo es lo de menos. Lo importante es cómo está el país”, dijo la mandataria.

Vestida con un elegante tailleur blanco, la Presidenta casi no exhibió vestigios de su largo reposo: sólo pidió un almohadón para la silla en la que se sentó y requirió un ayuda-memoria del ministro Julio de Vido porque se olvidó del nombre de la empresa ARSAT. Pero en el desarrollo de su discurso, la jefa de Estado ratificó los ejes de su gestión y dejó un mensaje para los argentinos pensando en el 2015: “Se necesita continuidad y perseverancia con este proyecto”, reclamó.

Según pudo constatar EL DIA, entre los funcionarios que siguieron el discurso de la Presidenta en el Sheraton -aunque no ubicado en el estrado principal- estuvo Daniel Scioli, el dirigente oficialista mejor posicionado para la carrera electoral por la sucesión de Cristina Kirchner. Pero en su reaparición, la mandataria también le dio aire a dos contendientes internos del Gobernador: su colega entrerriano Sergio Urribarri y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.

La presentación de Randazzo, a través de una videoconferencia, tuvo dos particularidades: la primera fue que inauguró las nuevas formaciones del ramal Tigre del ferrocarril Mitre, en tierras del candidato presidencial opositor Sergio Massa; la segunda fue que, sugestivamente, estuvo a su lado la diputada ultrakirchnerista Diana Conti, aunque no quedó claro si al múltiple ministro le agradó esa compañía. Como sea, la Presidenta dio muestras de que sigue abriendo el juego de la sucesión.

No escuchó sólo buenas noticias, pero lució tolerante y le sobraron fuerzas para lanzar mensajes de advertencia a jueces y opositores varios

Para el mientras tanto -es decir para el año que le queda de mandato-, Cristina Kirchner lanzó una advertencia contundente: “Ningún buitre financiero ni carancho judicial va a extorsionar a esta Presidenta”, exclamó en el pasaje más aplaudido por los militantes que lograron infiltrarse entre los empresarios. Y para dejarlo en claro, tras su discurso la mandataria arremetió con una serie de tuits en los que acusó al juez Claudio Bonadio de irregularidades de una sociedad que éste ingresa.

Es decir, de las mismas cosas por las cuales investiga a la empresa Hotesur, que administra los hoteles de la Presidenta en la Patagonia. Pero ya en su discurso en el hotel de Retiro, Cristina Kirchner había dado algunas señales de cómo reaccionó ante la investigación judicial en su contra. Por caso, mencionó a un juez de Nevada (Estados Unidos) que rastreó 123 cuentas bancarias a nombre de argentinos y pidió con ironía a la Justicia norteamericana que informe sus identidades.

De ese modo, sugirió que el juez estadounidense buscaba cuentas a pedido de los “fondos buitre”, supuestamente relacionadas a la familia presidencial, y terminó encontrando otra cosa. También anticipó la jefa de Estado que la AFIP está detrás de miles de cuentas bancarias -sin declarar al fisco argentino- a nombre de personas y empresas argentinas en la casa central del HSBC en Suiza. Como si hubiera advertido que no se sentará a esperar las actuaciones de la Justicia sobre la firma Hotesur.

Pero más allá de los inconvenientes judiciales de la Presidenta -a raíz del vínculo que data de la época de Néstor Kirchner con el empresario santacruceño Lázaro Báez-, lo que a Cristina Kirchner le interesó dejar en claro en su reaparición pública es un mensaje a los argentinos para que exijan precisiones a los candidatos que aspiran a sucederla en el sillón de Rivadavia. “Que digan cómo piensan financiar las promesas”, exigió en el único pasaje que levantó el tono de voz.

La advertencia llegó después de que el presidente de la CAC, Gustavo Weiss, calificara delante de la Presidenta -en una actitud inusual para el empresariado- de “indispensable” que el país pueda regresar a los mercados internacionales, como así también que el Gobierno logre un acuerdo con los “holdouts”. Cristina sorbió agua y tomó nota, para luego responder que tiene “mucho interés en solucionar el tema externo”. Todo lo hizo sin perder la calma, un cambio abajo de lo habitual.