Llegó al tramo final sin resto y se notó en el rendimiento

ESTUDIANTES NO TUVO UNA BUENA TARDE Y SUS JUGADORES SE RETIRARON PREOCUPADOS DEL TERRENO DE JUEGO. EL EQUIPO SINTIÓ EL DESGASTE DE UN SEMESTRE CON CALENDARIO BIEN CARGADO

ANALISIS
Por NICOLAS NARDINI

El empate ante Defensa y Justicia dejó al desnudo algo más que la falta de precisión en los últimos metros de la cancha para abrir el cerrojo del Halcón y la poca consistencia en la creación de juego, donde careció de constancia. Lo que se vio en el escenario de 32 y 25 fue a un equipo un poco gastado, que llegó al sprint final del campeonato con el tanque casi vacío, con el nivel de combustible en la señal de reserva.

El duro semestre, con la exigencia de la triple competencia, le pasó factura en las últimas presentaciones al equipo de Mauricio Pellegrino que, cuando aún estaba a tiro de meterse en la pelea por el título, sólo sumó dos de los últimos seis puntos en juego. Dejó por el camino unidades ante equipos a los que, de haber estado iluminado, podría haber superado sin problemas. Pero eso es ciencia ficción, forma parte de lo hipotético, lo real es que al Pincha le faltó resto en estos últimos partidos y lo terminó pagando con empates que no le permitieron acercarse a la cima.

Se vio a un conjunto gastado, que dio todo hasta los cruces de cuartos de final ante River -choques de un esfuerzo colectivo supremo- por la Copa Sudamericana y mantuvo el envión hasta el partido frente al propio Millonario en el plano local, al que despojó en condición de huésped de un invicto histórico. Aquella noche de notable lección táctica en Núñez se vio por última vez la expresión del Estudiantes con capacidades probadas para ser protagonista grande del fútbol argentino. Después, llegó la excursión a tierra cuyana, donde en los casi 40 grados de la tórrida tarde mendocina, poco se pareció al que había arrasado a los de Gallardo en el Monumental.

SIN FRESCURA

Contra Defensa y Justicia se vio al Pincha sin frescura. Hubo poca aceleración, los cambios de ritmo no tuvieron la explosión que el equipo había mostrado en buena parte del semestre. Por todo ello, no pudo romper el cero y acabó sumando un punto con sabor a poco.

Sus hombres determinantes, Joaquín Correa y Guido Carrillo, jugaron con el último resto que les quedaba. Cuando los mejores lucen cansados, casi agotados después del trajín del semestre, es imposible que la maquinaria ofensiva no se vea resentida.

En ningún momento Estudiantes pudo tirarle el camión encima a Defensa. Lo intentó, pero se notaba que las piernas pesaban. Le costó una enormidad tomar el control total del partido, a tal punto que, siendo más que su oponente, los de Florencio Varela le llegaron con peligro en más de una ocasión.

El semestre está llegando a su fin y la sensación que queda es que el equipo amagó con pelear hasta el final por cosas importantes pero se terminó quedando a mitad de camino. Lo más reprochable pasa por aquella inesperada eliminación en Copa Argentina ante Huracán. En Sudamericana salió airoso de los clásicos y luchó como pudo frente al poderío de River, aunque no pudo meterse entre los cuatro mejores. Y en la competencia doméstica se quedó sin fuerzas en el tramo final, llegó a estos últimos partidos muy desgastado y no pudo seguir el pulso en una pelea en la que parecía estar a tiro.