Entre celebraciones y temblores políticos

Para La Plata, fue una semana marcada por el ritmo del aniversario. Hubo distintas propuestas para la celebración por la Ciudad y una multitud copó el miércoles a la noche la Plaza Moreno para seguir a la banda “No te va gustar”, que es el gran suceso del momento. El país siguió su ritmo... Y casi todos los reflectores estuvieron puestos sobre la Justicia.

Quizá la noticia más fuerte de la semana haya sido el allanamiento a una empresa hotelera de la que es accionista la Presidenta y que administra uno de los hoteles de la familia Kirchner en El Calafate. Fue una medida ordenada en el marco de una causa recién iniciada, a partir de la denuncia de una legisladora opositora que pidió que se investiguen presuntas irregularidades en el manejo de esa sociedad.

No menos fuerte fue la respuesta del Gobierno. Acusó a la Justicia de ejercer un “golpismo activo” en contra del Gobierno.

Sólo en un país acostumbrado a las palabras y los hechos fuertes, todo esto se puede digerir con aparente normalidad. Un gobierno que acusa a los jueces de querer promover un golpe de Estado sería, en otras democracias, un hecho conmocionante. Aquí parece una acusación más, en medio de la hojarasca de cruces de alto voltaje que ya exceden la política para instalarse en el corazón de las instituciones.

A ese juego de palabras fuertes se sumó con un impacto que también parecería efímero la diputada Carrió. Tiró del mantel y dejó todos los platos rotos en el Frente Unen. Dedicó acusaciones personales a los mismos hombres con los que compartía fotos y sonrisas hasta hace unos días. Y provocó un cimbronazo que probablemente también pase en pocos días al bolsón de las anécdotas.

En este clima empieza a terminar el año. En una semana ya se iniciará diciembre, con pronóstico de tensiones y reclamos sociales. Esta semana se vivió un anticipo: hubo una superposición de protestas y piquetes al mismo tiempo que se profundizaba el reclamo gremial por un plus de fin de año y una menor presión de Ganancias. En ese contexto se dispuso un paro parcial del transporte para el jueves que viene. Incluirá a micros, trenes y aviones. Sólo durará tres horas (desde las 4 a las 7 de la mañana) pero alcanzará, seguramente, para condicionar toda la jornada laboral. Y más allá de los efectos prácticos, marcará un pico de tensión entre los gremios y el Gobierno.

La Nación ya ha dicho que no habrá pago extra de fin de año ni tampoco una modificación en el Impuesto a las Ganancias. Los gremios también han dicho que no se van a quedar quietos. La medida de fuerza del transporte -una semana después de la que realizaron los docentes bonaerenses- quizá marque el inicio de un fin de año atravesado por la conflictividad sindical en la Provincia y el país.