En la “escuela de las moscas” los chicos ya saben cómo combatirlas

LOS ALUMNOS QUE DESARROLLARON EL BIODIGESTOR PARA ACABAR CON LAS MOSCAS EN SU ESCUELA. FUERON PREMIADOS POR EL PROYECTO

Se la llegó a bautizar “la escuela de las moscas”.

Rodeados de granjas avícolas, los alumnos y las maestras de la Primaria 123 de El Peligro hace casi tres décadas que conviven a diario con esos insectos. Pero hace un par de años idearon una forma de terminar con ese auténtico foco infeccioso a través de un aparato que convierte los excrementos de las gallinas en biogás. Fueron premiados en dos ferias de ciencias. Y hoy están esperando que “alguien” los ayude a materializar el proyecto.

“La idea surgió de la problemática que padece esta escuela desde hace 27, 28 años”, cuenta la docente Elcira Avinceto, quien junto al maestro Nicolás Cabanillas desarrolló con chicos de 5° y 6° grado el “biodigestor que podría ser la solución al problema de las moscas, que es terrible”, define, y no exagera un ápice.

La Escuela 123, ubicada en el kilómetro 43,800 de la Ruta 2, nació hace más de 50 años. Pero poco antes de cumplir los 30 “ya estaba rodeada de granjas”, apuntó Elcira, quien destacó que el problema no lo sufre sólo la Primaria, sino también la “Secundaria 62 y la salita del barrio”.

“habia que hacer algo”

“Aquí vienen 600 alumnos que dan clases, almuerzan y meriendan entre moscas, las cuales encuentran en los excrementos de las gallinas la temperatura y la humedad justas para reproducirse, es decir, el medio ideal”, resalta la maestra, para indicar que “ante esa realidad decidimos hacer algo. Investigamos, descubrimos el biodigestor, creamos un modelo casero y funcionó. Ahora, el desafío es que alguien lo convierta en un proyecto a mayor escala para terminar con este grave problema”, apunta Avinceto.

Un biodigestor es un recipiente cerrado herméticamente, dentro del cual se depositan desechos orgánicos (en este caso, caca de gallinas), que en determinada dilución de agua fermentan por efecto de bacterias anaeróbicas (que viven sin oxígeno) y producen gas metano y fertilizantes líquidos, describe la docente.

El proyecto, que en las ediciones 2012 y 2013 de las ferias de ciencias que organiza la cartera educativa provincial recibió menciones de honor, tiene “muchos beneficios”, apunta Elcira, y enumera: “Primero, ofrece una solución sin afectar la fuente de trabajo de la zona; segundo, sería una usina generadora de gas para una comunidad que no tiene ese servicio; tercero, se elimina el elemento por el cual se reproducen las moscas; cuarto, se terminaría con los fertilizantes a cielo abierto ya que se podrían utilizar los fertilizantes líquidos que produce el biodigestor, y por último, al haber menos moscas se usarían menos insecticidas y se contaminaría menos el ambiente”.

Los docentes de la Primaria 123 dicen que “en otros países este sistema se utiliza a escala industrial. Hay un ejemplo en México, donde un subterráneo funciona con gas metano que se produce con los desechos orgánicos de toda una ciudad”, describen.

Finalmente reiteran que “los chicos hicieron la investigación, crearon el biodigestor y funcionó; ahora no depende de la comunidad educativa, pero esperamos que esto se ponga en marcha porque si ven a los niños en la escuela, impresiona”, rematan.