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Mediación

Germinal Di Rocco Dice: “El pródigo informe de este medio respecto del arbitraje prejudicial, me instigó a discurrir el fraude del que resulté literal víctima. En efecto, la aplicación conferida tanto por la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor como por parte del Gobierno Bonaerense fue, ante mi planteo, de excelsa responsabilidad y ordenamiento. Pero, en ambos casos, el imputado inobservó todas las intimaciones, eludiendo, inclusive, mandato policial. Tras un difuso peregrinar merced al que solventé dispendios accesorios de rigor, mis letrados patrocinantes, reflejando un indudable agobio e impotencia a los que soterraron éticamente, procuraron que desistiera de instrumentar legítimas demandas. Pero la capital de todo ello fue que el inculpado jamás cesó su actividad profesional, como asimismo los factibles dolos, los efugios tributarios que sindiqué y las mofas al orden legislativo.

Las palabras abundan. Pero cuando la impunidad hace estéril no sólo el derecho de acceder a un lícito resarcimiento, sino también al deber de coartar la prosecución potencial de conductas ignominiosas y fraudulentas, se intuye la tétrica escasez de fieles dignatarios de una Justicia a la que le incumbiría prevalecer con dogmática vocación de servicio”.