Encañonaron a un periodista cuando iba hacia su trabajo

GUILLERMO MURPHY HABÍA BAJADO DEL MICRO EN 13 Y 32 Y CAMINABA HACIA EL CANAL AMÉRICA, EN 32 ENTRE 19 Y 20

Un periodista del canal América fue asaltado ayer por dos menores que lo redujeron camino a su trabajo y a punta de revólver le sacaron hasta la campera. Fue cuando ya era de día, frente a varios conductores que circulaban frente a lo que estaba pasando sin que ninguno atinara a hacer algo.

Según contó el propio Guillermo Murphy a este diario, eran las 6.30 de la mañana y él caminaba hacia el canal después de haber bajado del micro en 13 y 32. Conoce bien el camino, porque es el que recorre todos los días.

“Yo vivo en City Bell -explicó-, y siempre hago lo mismo. Bajo del colectivo y camino hasta el canal”, ubicado en 32 entre 19 y 20. Y, aclaró, “nunca me pasó nada”. Ayer fue distinto.

El periodista iba por 532 y al llegar a 15 observó que había “dos pibes en un kiosco”. No les prestó atención y siguió avanzando por la calle, porque “por ahí no hay vereda”, explicó.

A 10 metros de la bocacalle “escuchó una corrida” y al darse vuelta advirtió que se trataba de los chicos que acababa de ver, persiguiéndolo a él. La escena se sucedió después en no más de 15 segundos, por lo que calculó Murphy.

“Los tenía atrás mío”, recordó el periodista, detallando que uno de los adolescentes le apuntaba con un “revólver grande” mientras el otro lo sujetaba del brazo y le pedía que le diera “la plata”.

“Yo no tenía nada. Nunca llevo, porque voy a trabajar”, aseguró la víctima, que no llegó a hacer esta aclaración a los ladrones ya que uno estaba ocupado en encañonarlo y el otro en arrebatarle la campera, el celular y una agenda que supusieron su billetera.

Esa escena se desarrolló al lado de los autos y camiones que circulaban a la velocidad que lo hacen en la 532 (sin que ninguno tocara, por lo menos, un bocinazo), hasta que los delincuentes se dieron por satisfechos y se alejaron corriendo por 15 hacia 530, rumbo a la llamada “favelita”.

el despues

Murphy corrió a los ladrones unos 10 metros, hasta que desistió y esperó a que apareciera un patrullero. Apenas vio una camioneta del CPC “le hice señas, me subieron y dimos dos vueltas manzana”, relató. De los asaltantes, ni rastros. Los policías le recomendaron entonces que fuera a la comisaría de Ringuelet a radicar la denuncia. Y eso fue lo que hizo.

El periodista supone que los responsables son menores y la policía, por la descripción que él hizo del arma, que era una réplica.

Es la primera vez que Murphy sufre un hecho de estas características, a pesar de que -por su trabajo- suele pasar muchas horas en la calle. Sin embargo anticipó que no piensa alterar demasiado su rutina, que ayer se complicó con este episodio violento.