Crimen en Berisso: descartado el robo, apuntan al círculo íntimo

CLAUDIA ORTIZ TENÍA 48 AÑOS Y VIVÍA SOLA. INVESTIGAN CON QUIÉNES MANTENÍA CONTACTO FRECUENTE

Si poco después del crimen en Berisso los investigadores decían no descartar “ninguna hipótesis” (lo que equivalía a admitir que no había pistas firmes para inclinarse por ninguna), la situación parece haber cambiado con el correr de las horas. Con hermetismo, se limitan a decir ahora que “la posibilidad de un robo perdió fuerzas” y que focalizan las sospechas en el círculo íntimo, presumiendo que el móvil pudo ser pasional.

El homicidio ocurrió minutos antes de las 10 de la noche del martes en una vivienda ubicada en 167 entre 26 y 27, de Berisso, donde Claudia Ortiz- de 48 años- vivía sola. En ese momento llovía muy fuerte y es probable que ese ruido ahogara cualquier grito de auxilio, en caso de que haya tenido oportunidad de resistirse. Los pesquisas no lo creen, porque no vieron en la casa rastros de lucha, como tampoco signos de defensa en la víctima.

La mujer recibió dos cortes profundos en la garganta con el mismo cuchillo con el que estaba cocinando y que quedó tirado a unos 10 metros de la puerta, sobre los pastos que dan a la calle de barro. Si había huellas, las borró la lluvia.

La sospecha más firme es que Ortiz dejó entrar a la persona que terminó atacándola, ya que ninguna abertura estaba forzada. Cabe la posibilidad, de todos modos, que la puerta haya quedado sin llave o que la sorprendieran cuando entró o salió de la casa.

Después de recibir las dos puñaladas (una lineal y otra debajo del mentón) la mujer salió a la calle, cruzó gritando y la contuvo la vecina de enfrente, mientras alguien más iba a buscar al sobrino de la víctima, que vive a pocos metros,

El la condujo en su coche particular al hospital Larrain, trayecto en el que apenas pronunció los nombres de algunos familiares, aunque los pesquisas no adjudican eso a un intento por contar lo que pasó. Los médicos la operaron enseguida, pero no pudieron salvarla de las consecuencias de la hemorragia. Murió 12 horas después, a eso de las 10 de la mañana del miércoles.

Ortiz era separada, vivía de una pensión y tenía 4 hijos, dos varones y dos mujeres, radicados en Olavarría. No le conocían una pareja estable. Sus vecinos aportaron esos detalles a este diario. Los primeros que trabajaron en el caso fueron los policías de la comisaría Segunda de Berisso y son ahora los detectives del gabinete de homicidios de la DDI La Plata los que conversan con esos mismos frentistas, familiares y allegados a la víctima para interiorizarse de su vida.

“Si se hubiera tratado de un robo esto no sería necesario, pero como no creemos en esa hipótesis, debemos saber si tenía algún conflicto o quién podía estar interesado en matarla”, explicó un pesquisa.

Lo único que faltó de la escena es el celular de la mujer, aunque tampoco está probado que se lo haya llevado el homicida. Lo están rastreando.