El dólar volvió a ocupar el centro de la escena

Por OSVALDO GRANADOS

Cualquier versión o especulación es válida hoy en la economía argentina.

Entonces, frente a las dudas mejor cubrirse con dólares.

La reunión de la Presidenta de la Nación con el financista George Soros dio pie a una versión según la cual este ultimo podría comprar la deuda de los fondos buitre.

Claro, si esto fuese cierto después va a querer cobrar lo que compró con ganancias importantes.

Recordemos que Soros muchos años atrás especuló contra la libra esterlina y obligó nada más ni nada menos a que Inglaterra tuviese que devaluar.

CIERRAN LA VENTANILLA

Los comentarios en la City indican que el Banco Central definitivamente cerró las ventanillas y no entrega divisas para pagar importaciones.

Eso, provocó que empresas textiles que trabajan en negro, compren 300.000.- dólares todos los días que necesitan para reponer la tela importada.

Además, el “contado con liqui” que se usa para pagar importaciones está haciendo 1.400 millones de pesos diarios.

Para frenar el precio, la Anses recibió la orden de salir a vender bonos al mercado. El Banco Central salió a absorber pesos.

El contado con liqui sube y es un 60% más caro que el oficial, lo que hace que los importadores trasladen la diferencia a los precios.

Todos los analistas señalan que la ganancia da competitividad del tipo de cambio que se logró en enero pasado al permitir una devaluación del 18% en el tipo de cambio oficial, quedó borrada por la inflación que se acumuló desde el 20 de enero hasta hoy.

En síntesis: la competitividad cambiaria ya se encuentra en los niveles previos a la devaluación, con un tipo de cambio real multilateral que se ubica un 1,2% por debajo del nivel anterior a la devaluación de enero.

UNA BRECHA INSOSTENIBLE

La brecha del 75 % entre el oficial y el blue es insostenible.

La gama de opciones es limitada, para evitar la devaluación.

La escasez de dólares es el síntoma de las principales patologías de la economía argentina.

Hay desconfianza entre los inversores, mucho más después de la ley de Abastecimiento; el déficit energético, la inflación que no para y el aislamiento financiero es un combo complicado.

Nadie duda que la película termina con un nuevo tipo de cambio.

El instrumento fue cerrar el cepo sobre la demanda -tres años de su instauración– generó resultados opuestos a los buscados.

Kicillof criticó frente a la Presidenta a Guillermo Moreno y lo acusó de ser el responsable de esa medida.

El ex secretario de Comercio se enteró en Roma que su imagen habría caído en desgracia frente a Cristina.

La ganancia da competitividad del tipo de cambio que se logró en enero pasado quedó borrada por la inflación

La oferta de los exportadores es cada vez menos.

Las cerealeras vendieron 2.800 millones de dólares en julio; 1.460 millones en agosto, -el peor agosto desde la sequía de 2009– y menos en septiembre al margen de las amenazas desde Olivos.

Estamos en un escenario dinámico. Hace pocos meses, pocos esperaban un nuevo default, un desplome del precio de la soja, un reingreso de Brasil al terreno recesivo y una suba del riesgo país.

El dólar volvió al centro de la película.

Es el actor principal.

De nada sirve desde el poder, señalar que es un error comprarlo, que la gente que lo hace se equivoca.

Cuando la desconfianza es grande, el bolsillo manda más que el corazón.