Causas y consecuencias

Robert Redford siempre pareció buena gente. Sus películas, dirigidas por él también lo parecen: desbordantes de buenas intenciones. Pero las “buenas intenciones” en arte (habría que explicarlo) suelen ser una deficiencia y no una virtud. “Causas y consecuencias” es una película que intenta “reivindicar” a la militancia de los años 70, en Estados Unidos. Hay asaltos a bancos (compensatorias “expropiaciones” al capital, se las llamaba) y en una oportunidad asesinan a un guardia. Redford es en el presente un pacífico abogado, ecologista. Pero alguien vincula su pasado de activismo antibélico con el mencionado asesinato. Comienzan a perseguirlo, el FBI a la cabeza. Él huye, de su lado hay viejos compañeros, Susan Sarandon, Julie Christie, Nick Nolte, Richard Jenkins y otros, todos en participaciones y colaboraciones con Redford hombre de cine. El filme marcha pero es nada más que eso, un compendio de buenas intenciones que, por momentos, parece pedir disculpas por lo que antes eran considerados ideales.