Se deben coordinar acciones frente al drama de menores que abandonan sus hogares

Una vez más se conocen datos oficiales indicativos del drama que viven numerosos menores que viven en la Provincia y que deciden huir de sus casas, la mayor parte de ellos por los abusos y golpes que reciben en el seno de sus familias, en situaciones que muchas veces provocan estupor y que tuvo como víctima a una nena de 3 años de edad, salvajemente golpeada y abusada por sus padres en Berisso. Los datos estadísticos ofrecidos ahora ponen a la luz la imperiosa necesidad de que la sociedad y las autoridades extremen esfuerzos para lograr que los chicos puedan disfrutar en plenitud, en sus hogares, los derechos que los asisten.

Tal como se informó en ediciones anteriores durante el primer semestre del año, según un informe estadístico dado a conocer esta semana por el Registro Nacional de Menores Extraviados, en la Provincia hubo un total de 499 casos nuevos de menores perdidos. Y de esos, 123 correspondieron a La Plata.

Detrás de esas cifras se encubre no sólo un drama, sino también un diagnóstico que hace todo más oscuro y preocupante: la mayoría de esas niños se fue de sus casas escapando a situaciones de maltrato. Tal como lo puso de relieve la tiular de Missing Children Argentina, antes un chico desaparecía por alguna pelea o una mala nota en el colegio, pero hoy la realidad es otra y pone en evidencia una violencia familiar cada día más terrible.

Añadió que los chicos se van de sus casas porque algún familiar abusó de ellos, porque los maltrataron o sometieron a castigos físicos. Y eso también se traduce en las mayores demoras para encontrarlos. Hasta hace unos años la cantidad de días en que desaparecía un chico no pasaba de tres o cuatro, pero en la actualidad ese promedio de baja de una semana a diez días.

Conflictos familiares, castigos físicos, insultos, maltratos en todas sus formas forman parte de la vida de esos menores, en episodios a los que también, según sostienen los especialistas, deben sumarse el abandono o la negligencia y el maltrato emocional, considerados como otras e igualmente brutales formas de violencia.

El informe estadístico ofrecido en este diario demuestra que el fenómeno viene creciendo en los últimos años, determinándose también como características una sustantiva baja en la edad de los chicos que huyen de sus hogares, así como una progresiva feminización de las víctimas, entre muchas otras de las cifras y conclusiones ofrecidas por Missing Children. A todo esto, no son pocos los que aseguran que en este último tiempo hay un grupo de riesgo que cada vez es mayor: el que está expuesto al consumo de drogas.

En buena hora se dispone y se hacen conocer datos que marcan para la sociedad un desafío impostergable: el de luchar a toda costa y desde todos los sectores que sean necesarios, para enfrentar con mayores fundamentos una realidad social tan compleja como necesitada de asistencia. Una realidad que, como la del maltrato a niños y adolescentes, puede tornarse, inclusive, cada vez más difícil de resolver si se prefiere ignorar algunas evidencias, en lugar de conocerlas y enfrentarlas.