Los secuestros virtuales siguen sin freno en la Ciudad: una mujer entregó $10 mil

EL HECHO OCURRIÓ EN 1 ENTRE 33 Y 34. A UNA MUJER LE DIJERON QUE TENÍAN SECUESTRADA A SU HIJA Y LO MISMO HICIERON CON ÉSTA, PERO AL REVÉS. AL FINAL SE ALZARON CON 10 MIL PESOS

Dentro de la ola de secuestros virtuales que arrecian en la Región, parecía que sólo una pequeña parte de las víctimas terminaban cayendo en la trampa y entregando dinero. Pero ahora habría habido un nuevo caso que se suma a esa estadística, y que afectó a una mujer de barrio Norte, a la que lograron quitarle toda la plata que tenía.

Ocurrió a última hora del martes, cuando sonó el teléfono de un departamento de 1 entre 33 y 34. Atendió la dueña de la casa y le empezaron a decir que su hija estaba secuestrada.

Pero lo que sorprendió hasta a los detectives fue que los ladrones hicieron lo mismo con muy poca diferencia de tiempo con la supuesta víctima. A ella también le habrían dicho que su madre corría peligro. Esta doble mentira fue, según los investigadores, la que habría decantado la decisión de pagar.

Aparentemente sin poder corroborar la veracidad de esa amenaza, la mayor de ellas fue quien habría revisado en su casa y alcanzó a reunir alrededor de diez mil pesos, que dejó en una bolsa en el lugar que los ladrones le habían exigido, según relataron fuentes policiales.

Al 911 llegó un alerta indicando la situación una vez que el engaño ya estaba consumado. Pero al parecer “la mujer estaba muy nerviosa y prefirió que no fuera personal de la comisaría a averiguar qué había pasado.

Trascendió de fuentes oficiales que la familia damnificada fue hasta 1 y 32 “a ver si encontraban a los supuestos secuestradores”, explicó una fuente.

Aunque no se aclaró si lo hicieron al momento de entregar el dinero o unos minutos más tarde, cuando ya sabían que todo había sido una farsa.

COMO OPERAN

Lejos parece haber quedado la época en la que los secuestros virtuales eran obra de presidiarios que, con la guía telefónica a mano, llamaban al azar pidiendo tarjetas telefónicas.

En esta ola de casos según los detectives parecen estar al frente bandas con algún grado de especialización informática para recortar audios subidos a la web. “De allí que mucha gente escuche la voz de su familiar cuando la llaman”, explican.

Con pesadumbre, otra coincidencia es que no hay ningún sospechoso en la mira al que la Policía pueda seguirle el rastro.