Conmoción por otro crimen brutal de un jubilado en el Conurbano

Benito Héctor Sangregorio (69) hizo algo tan simple como ir a un supermercado ubicado a dos cuadras de su casa de Villa Adelina, sin saber que esa era la última cosa que haría y aquella su última noche. Es que cuando volvía a su vivienda lo abordaron tres delincuentes que no dudaron en dispararle al pecho en lo que terminó siendo un robo frustrado. La policía supone que la víctima se resistió, pero su hijo José está convencido de que Benito quiso defender a los suyos.

“El siempre decía: ‘Con mi familia no’”, recordó José, agregando que, después de ser baleado, su padre les pidió a sus familiares que no salieran ni abrieran la puerta, hasta que los agresores se fueron.

En cinco allanamientos realizados en Villa La Rana, partido de San Martín, fueron detenidos anoche dos sospechosos, uno de ellas menor. La policía secuestró una escopeta 12.70, una pistola calibre 40, un handy con frecuencia policial y 10.000 pesos.

El drama se desencadenó a las 21 del martes en un garaje ubicado frente a la casa de Sangregorio, en Marcos Sastre al 3800 de esa localidad del partido de Vicente López, a donde el jubilado llegó en su Volskwagen Bora. Volvía de un supermercado chino. Y lo rodearon tres sujetos armados. Qué pasó inmediatamente después no está claro, pero sí que los ladrones hicieron al menos seis disparos, uno de los cuales impactó en el pecho de la víctima y otros en su coche.

Los criminales escaparon sin concretar el robo en Fiat Palio robado que fue encontrado la villa La Rana. Sangregorio fue trasladado al hospital de Vicente López. Murió en el quirófano. Indignada, su hija Pamela contó a la prensa que el jueves pasado ya habían entrado ladrones: “En una semana nos asaltan y ahora matan a mi papá. ¿Dónde está la sensación (de inseguridad)? ¿Dónde está el invento de los medios?”.

En tanto, Mario Negri, presidente del bloque de diputados nacionales de la UCR, dijo que el hombre asesinado había sido chofer suyo, y expresó su preocupación por los reiterados hechos de inseguridad.

“Destruyeron una familia en segundos”, lamentó la hija de Sangregorio, asegurando que “los nietos lo vieron morirse en la vereda”.

Pamela reclamó a “los políticos que vengan y le expliquen a mi mamá, a mi sobrino, a mi nieta y a mi hija por qué el abuelo ahora está en el cajón”.

“La sensación (de inseguridad) está ahí, con un cadáver todo baleado”, advirtió. Pamela apuntó que su mamá “gritó” al escuchar el disparo y cuando ella salió a la calle su papá ya “estaba tirado en la vereda, lleno de sangre”.

“No pudimos hacer absolutamente nada. La ambulancia tardó más de 20 minutos”, se quejó, al tiempo que apuntó contra la Policía porque “no se la ve ni por figuritas”.

Sobre la víctima, comentó que estaba jubilado desde hacía dos años y “se encargaba de llevar a los nietos a la escuela y de buscarlos a la tarde”.